Comprendiendo la adolescencia: Un viaje a través de la historia y la cultura

En la antigua Grecia, durante el siglo IV a.C., Platón y Aristóteles creían que el razonamiento era una característica que surgía durante la adolescencia. Platón enfatizaba que los niños debían centrarse en deportes, música y artes, mientras que los adolescentes debían comenzar a estudiar ciencias, matemáticas y astronomía para desarrollar un razonamiento y aprendizaje avanzados. Aristóteles destacaba la importancia de la elección durante la adolescencia, donde los individuos seleccionaban sus futuras carreras y caminos, mostrando un sentido de madurez y autodeterminación.

Durante la Edad Media, del siglo V al siglo XV, los niños y adolescentes eran considerados adultos en miniatura y estaban sujetos a una estricta disciplina. Participaban en actividades similares a las de los adultos pero en cantidades más pequeñas, trabajando y descansando como los adultos. Eran tratados como parte de la sociedad y enfrentaban una disciplina y castigos severos.

En el siglo XVII, Jean-Jacques Rousseau, un filósofo francés, introdujo una perspectiva más amplia sobre la adolescencia. Diferenció entre niños, adolescentes y adultos, enfatizando que los adolescentes estaban en una etapa de desarrollo y no debían ser tratados de la misma manera que los adultos. Rousseau creía que la educación para los niños de 12 a 15 años debería fomentar la curiosidad y las habilidades, con la madurez emocional y la empatía desarrollándose entre los 15 y 20 años.

En los siglos XIX y XX, psicólogos, reformadores urbanos, educadores y consejeros juveniles dieron forma al concepto de la adolescencia. Desafiaron la idea de que los adolescentes varones eran únicamente alborotadores, destacando un cambio hacia la comprensión de los adolescentes como individuos con madurez emocional y responsabilidad en evolución. Este período marcó una transición en las percepciones del comportamiento y desarrollo adolescente.

Históricamente, las mujeres y las adolescentes eran vistas como pasivas y vulnerables. Sin embargo, esta percepción cambió con el trabajo de Hall, pionero en estudios sobre adolescentes. Las ideas de Hall, a partir de 1904, desafiaron la noción de que solo las adolescentes eran pasivas y vulnerables. Él definió la adolescencia como un período entre los 13 y 23 años caracterizado por turbulencias emocionales, cambios fisiológicos, nuevas ideas y conflictos entre las enseñanzas parentales e influencias sociales.

Los adolescentes exhiben una amplia gama de comportamientos y emociones, oscilando entre la vanidad y la humildad, la tentación y la adhesión a los valores parentales, la alegría y la tristeza. Sus estados de ánimo pueden cambiar rápidamente de la felicidad a la ira o la tristeza. Pueden mostrar tanto comportamientos agradables como desagradables hacia sus pares, buscando la soledad en ocasiones mientras también desean compañía. Comprender los pensamientos y emociones de los adolescentes puede ser complejo debido a estas fluctuaciones constantes.

El trabajo de Margaret destacó el impacto cultural en los adolescentes, marcando una transición de la infancia a la adultez influenciada no solo por la educación de los padres, sino también por las interacciones sociales con amigos, maestros y otras personas en su entorno. Las culturas occidentales tradicionalmente separaban a los niños y adultos de manera brusca, mientras que las culturas orientales integraban a los adolescentes en experiencias y responsabilidades adultas.

En algunas culturas, como las comunidades indígenas, los niños son integrados en actividades de adultos desde temprana edad, lo que facilita la transición a la adultez. Sin embargo, en las culturas occidentales, a menudo hay una separación entre niños y adultos, lo que conlleva desafíos para los adolescentes en adaptarse a la vida adulta.

En el siglo XXI, ha habido un cambio en cómo se ve a los adolescentes. Ahora son vistos como más integrales en las decisiones familiares y se les brinda más atención y oportunidades para la educación superior y el desarrollo profesional.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la adolescencia es la etapa entre la infancia y la adultez, generalmente abarcando desde los 10 hasta los 19 años. Es un período crucial marcado por cambios personales significativos que impactan en el desarrollo adulto.

Los adolescentes enfrentan varios desafíos, incluidos cambios biológicos como estirones de crecimiento, fluctuaciones hormonales y preocupaciones de salud reproductiva. También experimentan desarrollo intelectual, autocontrol emocional, interacciones sociales y pueden encontrarse con trastornos relacionados con el estrés que requieren intervención profesional.

La adolescencia es una etapa compleja de la vida caracterizada por transformaciones físicas, emocionales y sociales. Comprender y apoyar a los adolescentes a través de estos cambios es crucial para su bienestar y desarrollo general.